jueves, 8 de diciembre de 2016

Tiritas para heridas de bala

Mentimos. Nos mienten. Las personas utilizamos la mentira para ocultar la realidad,para proteger a alguien de una verdad dolorosa o incluso a veces para conseguir nuestros propósitos. Luego están esas mentiras que hacen daño y ayudan a alguien,las mentiras que surgen por el placer de mentir o aquellas que se utilizan para complacer a aquel que las quiere escuchar. 


Hay muchos tipos de mentira pero quizás el tipo más peligroso de ellos,es el autoengaño. Nos mentimos a nosotros mismos. Negamos. Para sobrevivir,negamos la realidad. En ocasiones la realidad es demasiado dolorosa y mentirnos es nuestra forma de protegernos de ella, de sentirnos seguros en un panorama desolador. Acabamos viendo lo que queremos ver y creyendo lo que queremos creer. Al funcionar durante tanto tiempo, nos acabamos creyendo nuestras propias mentiras. A veces tanto,que al final no reconocemos la verdad.

Lo seguro,es que la realidad está ahí nos guste o no. Solo podemos auto-engañarnos un tiempo determinado. La realidad no va a cambiar por mucho que la neguemos. Imagina un dique. Hay un momento que hay tal cantidad de agua que revienta. Con las mentiras pasa igual,tarde o temprano tendremos que enfrentarnos al mundo que tanto habíamos negado. Una vez el dique revienta, lo único que te queda, es nadar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario