Información Titulo Original: El Enigma de los Vencidos
Autor: Armando Rodera
Editorial: Zeta Bolsillo
Género: Aventura, misterio
Cubierta: Tapa Blanda
ISBN: 9788498726466
Páginas: 384
Sinopsis
David Sanromán, nacido en los años de la posguerra, vuelve a Madrid tras quince años de destierro en Sudamérica. Después de una dura infancia y una adolescencia prometedora, tuvo que huir siendo aún joven debido a sus desavenencias con la familia Fournier, causa de las múltiples desdichas de su vida. A su regreso, y tras hacerse cargo de un negocio heredado en el centro de Madrid, descubre un increíble juego de mesa que lo obligará a arriesgar su vida.
Con la inestimable colaboración de su amigo Pedro y de dos adolescentes vecinos del barrio, deberá desentrañar los enigmas de las casillas del juego y resolver los misterios que los llevarán a alcanzar su objetivo: encontrar el verdadero tesoro de los vencidos.
Con la ayuda de su inteligencia, corazón y habilidad, recorrerán los sitios más famosos del Madrid de siempre, acechados en la sombra por malvados perseguidores. Tendrán que poner todo de su parte para conseguir su cometido, ya que la recompensa no es poca: hacer justicia a la verdadera historia del país que los vio nacer.
Con la inestimable colaboración de su amigo Pedro y de dos adolescentes vecinos del barrio, deberá desentrañar los enigmas de las casillas del juego y resolver los misterios que los llevarán a alcanzar su objetivo: encontrar el verdadero tesoro de los vencidos.
Con la ayuda de su inteligencia, corazón y habilidad, recorrerán los sitios más famosos del Madrid de siempre, acechados en la sombra por malvados perseguidores. Tendrán que poner todo de su parte para conseguir su cometido, ya que la recompensa no es poca: hacer justicia a la verdadera historia del país que los vio nacer.
Opinión
Hacía bastante tiempo que no me topaba con una novela diferente a lo que suelo leer (fantasía, thriller...) y realmente tras devorarla, puedo decir que no solo me ha encantado sino que cumplido de lejos mis expectativas.
Por la sinopsis (y por no destripar nada) no voy a abordar mucho el argumento. Cuando me interesé por el libro pensé a priori que me encontraría una novela tipo Jumanji -película de la que por cierto también tengo el libro, ya si uno procede del otro o viceversa, es otro tema- pero a la española, con unos villanos intentando frustrar el objetivo de los protagonistas: llegar a la casilla final. ¡Cual fue mi sorpresa al hallarme en una especie de flashback leyendo El Codigo Da Vinci de Dan Brown. Sí, tuve la misma sensación que cuando lo abordé. ¿Por qué?
Hablemos de los enigmas. Los acertijos (o pruebas) que plantea el juego no son, ni de lejos, sencillos, y tampoco son idóneos para que un erudito cualquiera los acierte todos. El autor ha sabido perfectamente reflejar diferentes enigmas cuya solución se encuentra en nociones de diferentes campos: historia, matemáticas, lógica, literatura, pintura, etc... Artes cuyo conocimiento pleno es casi imposible hallar en un solo individuo, de ahí que David al estar acompañado de sus amigos, pueda abordarlos con éxito. El mérito de sus acciones se lo debe en gran medida a ellos, algo que nos enseña que los triunfos del héroe dependan tanto en la confianza y lealtad de las personas que lo rodean, así como la total unión y colaboración entre todos para desentrañar los misterios del juego.
Rodera ha sabido encajar en la historia la información que ha obtenido de diversas para elaborar cada una de las originales e ingeniosas pruebas. No ha duda que ha sido muy hábil para idear cada uno de los misterios obedeciendo al material de búsqueda y documentación en que se ha basado. Este acierto convence al lector a la hora de dar credibilidad al juego.
El trabajo desempeñado para la ambientación del libro me ha resultado más que convincente, acertada y lograda.
El escenario donde sucede casi la totalidad de la acción es Madrid y el autor a través de la narración nos va dibujando un tour por los edificios más emblemáticos como El palacio de Cristal, el Museo del Prado, la iglesia de San Ginés o el Palacio Real, o diversas estatuas, tales como los reyes godos de la Plaza de Oriente, la de Felipe III de la Plaza Mayor o el Ángel Caído en el Retiro, entre otras.
Y no solo se queda ahí, sino que cada uno de éstos tiene tras de sí una historia cuya información es vital para el juego pero también agradecemos conocerla mientras nos sumergimos de lleno en ello. Sin olvidarnos de la mención de personajes ilustres de la cultura española (Goya, Espronceda, etc.,) o de acontecimientos importantes de nuestra historia.
Si de algo me he percatado es que el escritor conoce su ciudad a fondo y con El Enigma de los Vencidos le rinde un pequeño homenaje a la misma. Y no importa si eres madrileño o no, con que conozcas un poco la capital disfrutarás de las andanzas de los personajes, ya sea por la mención a calles tan conocidas como Alcalá, Bailén, Lavapiés, como los emplazamientos famosos anteriormente dichos, como el Retiro o el Madrid de los Austrias, que cualquier turista ha de conocer una vez haya estado por allí.
Si bien Madrid es protagonista indiscutible del libro, hay otras ciudad españolas que se mencionan y tienen relevancia en el libro, como es el caso de Bilbao (donde parte a su aventura a Brasil) o Sevilla, cuando visita a un personaje que proporciona información relevante para conocer el origen del juego.
"Intuí que Sandra sabía algo y quería ponernos a prueba. Decidí jugarme el todo por el todo. Era como una partida de ajedrez donde representabamos a las huestes blancas, pero éramos todavia pocos peones: solo los niños, Pedro y yo. Sería bueno recibir un poco de ayuda, un alfil o caballo que nos ayudara a derribar el flanco enemigo, las tropas negras. Y creí haber encontrado a una nueva jugadora."
Me ha fascinado sobre todo la descripción de los rincones de la capital hispalense y la manera en que el protagonista recorre las ubicaciones populares y célebres, logrando que por momentos uno se sintiera presente allí.
No toda la novela gira en torno al "El enigma de los vencidos", o sea, a la partida del juego en sí. A lo largo del libro se suceden capítulos a modo de flashback con la intención de hacernos partícipes del pasado de David Sanromán y lo que le llevó a dejar su país. A través de las páginas de estos, Rodera echa la vista atrás para mostrarnos los hechos acaecidos durante juventud del protagonista hasta llegar a la actualidad temporal de la novela (mediados de los años ochenta).
Y es que, con permiso de Madrid y Bilbao, es aquí donde Brasil, junto con sus ricos paisajes y bellas playas (Praia dos Golfinhos) toma protagonismo y se nos muestra las formas de vida de sus lugareños. Sobre todo de Natal, ciudad donde David se dedica en un inicio a la captura y comercio de camarao antes de conocer y trabajar para el señor Pep, para posteriormente volver a su patria.
El ritmo de la novela es rápido durante la acción, lo que aleja de la monotonía y del aburrimiento al intrépido lector. Narrada de manera amena y sencilla, esta historia magníficamente construida consigue incluso ser didáctica hasta sin darnos cuenta en el momento. Concluido el libro, nos asombramos de cuanto nos hemos empapado de curiosidades satisfechos y agradecidos por nuestra iniciativa a su lectura.
Salvaguardando el hecho de que haya algunos sucesos importantes de la trama que son predecibles y mi deseo frustrado de que "el antagonista y sus secuaces" hubieran sido más crueles teniéndonos en vilo con sus fechorías, recomiendo esta novela que en sí es un viaje al pasado de nuestra historia, ya que lo que oculta el sótano del "El Desván de tus Sueños" es más que un simple juego.
Por la sinopsis (y por no destripar nada) no voy a abordar mucho el argumento. Cuando me interesé por el libro pensé a priori que me encontraría una novela tipo Jumanji -película de la que por cierto también tengo el libro, ya si uno procede del otro o viceversa, es otro tema- pero a la española, con unos villanos intentando frustrar el objetivo de los protagonistas: llegar a la casilla final. ¡Cual fue mi sorpresa al hallarme en una especie de flashback leyendo El Codigo Da Vinci de Dan Brown. Sí, tuve la misma sensación que cuando lo abordé. ¿Por qué?
Hablemos de los enigmas. Los acertijos (o pruebas) que plantea el juego no son, ni de lejos, sencillos, y tampoco son idóneos para que un erudito cualquiera los acierte todos. El autor ha sabido perfectamente reflejar diferentes enigmas cuya solución se encuentra en nociones de diferentes campos: historia, matemáticas, lógica, literatura, pintura, etc... Artes cuyo conocimiento pleno es casi imposible hallar en un solo individuo, de ahí que David al estar acompañado de sus amigos, pueda abordarlos con éxito. El mérito de sus acciones se lo debe en gran medida a ellos, algo que nos enseña que los triunfos del héroe dependan tanto en la confianza y lealtad de las personas que lo rodean, así como la total unión y colaboración entre todos para desentrañar los misterios del juego.
Rodera ha sabido encajar en la historia la información que ha obtenido de diversas para elaborar cada una de las originales e ingeniosas pruebas. No ha duda que ha sido muy hábil para idear cada uno de los misterios obedeciendo al material de búsqueda y documentación en que se ha basado. Este acierto convence al lector a la hora de dar credibilidad al juego.
El escenario donde sucede casi la totalidad de la acción es Madrid y el autor a través de la narración nos va dibujando un tour por los edificios más emblemáticos como El palacio de Cristal, el Museo del Prado, la iglesia de San Ginés o el Palacio Real, o diversas estatuas, tales como los reyes godos de la Plaza de Oriente, la de Felipe III de la Plaza Mayor o el Ángel Caído en el Retiro, entre otras.
Y no solo se queda ahí, sino que cada uno de éstos tiene tras de sí una historia cuya información es vital para el juego pero también agradecemos conocerla mientras nos sumergimos de lleno en ello. Sin olvidarnos de la mención de personajes ilustres de la cultura española (Goya, Espronceda, etc.,) o de acontecimientos importantes de nuestra historia.
"Ante mi se mostraba la estatua de un ángel con una expresión terrible. Tenía la boca abierta en una mueca angustiosa, como cegado por una luz poderosa o aterrorizado por algo que se encontraba encima de él, quizá temeroso de Dios. El ángel se intentaba tapar el rostro con el brazo izquierdo, pero por su gesto ya no podía liberarse del suplicio. Una serpiente se enroscaba entre sus piernas y su cuerpo, para darle al conjunto un aire más tétrico."La descripción de la estatua de la Plaza del Ángel Caído me ha resultado, además de descriptiva y preciosa, muy significativa, espiritualmente simbólica y plena.
Si bien Madrid es protagonista indiscutible del libro, hay otras ciudad españolas que se mencionan y tienen relevancia en el libro, como es el caso de Bilbao (donde parte a su aventura a Brasil) o Sevilla, cuando visita a un personaje que proporciona información relevante para conocer el origen del juego.
"Intuí que Sandra sabía algo y quería ponernos a prueba. Decidí jugarme el todo por el todo. Era como una partida de ajedrez donde representabamos a las huestes blancas, pero éramos todavia pocos peones: solo los niños, Pedro y yo. Sería bueno recibir un poco de ayuda, un alfil o caballo que nos ayudara a derribar el flanco enemigo, las tropas negras. Y creí haber encontrado a una nueva jugadora."Me ha fascinado sobre todo la descripción de los rincones de la capital hispalense y la manera en que el protagonista recorre las ubicaciones populares y célebres, logrando que por momentos uno se sintiera presente allí.
No toda la novela gira en torno al "El enigma de los vencidos", o sea, a la partida del juego en sí. A lo largo del libro se suceden capítulos a modo de flashback con la intención de hacernos partícipes del pasado de David Sanromán y lo que le llevó a dejar su país. A través de las páginas de estos, Rodera echa la vista atrás para mostrarnos los hechos acaecidos durante juventud del protagonista hasta llegar a la actualidad temporal de la novela (mediados de los años ochenta).
"En aquella época yo era un niñato sin mucho bagaje, asustadizo y cobarde. Quizá si me hubiese sucedido en otras circunstancias hubiera reaccionado de otra manera, aunque las acciones entonces ya no tenían solución."
Y es que, con permiso de Madrid y Bilbao, es aquí donde Brasil, junto con sus ricos paisajes y bellas playas (Praia dos Golfinhos) toma protagonismo y se nos muestra las formas de vida de sus lugareños. Sobre todo de Natal, ciudad donde David se dedica en un inicio a la captura y comercio de camarao antes de conocer y trabajar para el señor Pep, para posteriormente volver a su patria.
"Regresé a España sin saber lo que me esperaba. Con tristeza en el corazón volvía a casa, decidido a afrontar lo que me quedaba de vida con otra mentalidad, comenzando de cero. Asumí que no había posibilidad de marcha atrás, había concluido una etapa y me encaminaba hacia otra nueva, preparado para lo que me deparara el futuro. Siempre se ha dicho que el destino se lo construye cada uno, aunque quizá pueden encontrarse piedrecillas en el camino que ayuden a elegir la opción más acertada. Paradojas del destino, el pasado quería volver a entrar en mi vida, pero yo todavía no lo sabía..."
"Ahora era un hombre hecho y derecho, un respetable empresario si así queríamos llamarlo, y no podía permitir que me achantara esa gente".
El ritmo de la novela es rápido durante la acción, lo que aleja de la monotonía y del aburrimiento al intrépido lector. Narrada de manera amena y sencilla, esta historia magníficamente construida consigue incluso ser didáctica hasta sin darnos cuenta en el momento. Concluido el libro, nos asombramos de cuanto nos hemos empapado de curiosidades satisfechos y agradecidos por nuestra iniciativa a su lectura.
"La vida es un círculo, y suele volver a sus orígenes. Solo esperaba que en esa ocasión los sinsabores se borraran para siempre y algo de felicidad llenara nuestras vidas. Nos lo merecíamos."
Si te encanta descifrar enigmas (sudokus, adivinanzas, anagramas) y te apasiona el thriller y la aventura, no lo dudes más y dale una oportunidad a esta novela. El suspense se mantendrá desde el inicio hasta el final, cuyas dieciséis últimas líneas, a mi en lo personal, me han emocionado al creer de lleno en ese sentimiento que se plasma en la antepenúltima palabra de dicha página.
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