viernes, 2 de noviembre de 2018

Reseña Una vida de perros de Estefanía Salyers

Información 

Titulo: Una vida de perros
Título original: A Dog's Life.
Autor: Estefanía Salyers
Editorial: Plaza & Janes Editores
Género: Romantica.
Cubierta: Rústica con solapas
ISBN:  9788401021589
Páginas: 368


Sinopsis


Si el amor de tu vida se casa con otra, no te preocupes, tienes tres remedios para superarlo: tu mejor amiga, la Gran Manzana y un perro faldero.

Hay ciudades a las que hay que ir y ciudades a las que tienes que huir. Ciudades que te ayudan a olvidar, y otras que te ayudan a sanar. Ciudades que te recuerdan quién eres, y otras que te descubren quién quieres ser. Lucía hará un viaje de ida y vuelta hacia ella misma en su próximo destino: Nueva York, la ciudad que nunca duerme. La mañana en que recibe la invitación a la boda de Alberto, el amor de su vida, Lucía desea con todas sus fuerzas despertar de esa pesadilla. Pero la boda es real y, queriendo escapar del dolor y las dudas, Lucía cruza el charco y se traslada a casa de su amiga Olga, en Nueva York. Allí hará más amistades, vivirá excitantes romances, sufrirá otras traiciones y volverá a meter la pata en múltiples ocasiones. Pero sobre todo dejará que lo más inesperado suceda. Porque ¿quién le iba a decir que un perro sería el verdadero comienzo de su nueva vida?.


Opinión 

La reseña que traigo hoy es sobre un libro que me ha sorprendido (y para bien) ya que en su momento pensé que sería algo así como una comedia o bien algo chick lit pero en realidad va más allá de eso, ya que si bien encontramos pequeñas dosis de romance y pinceladas de humor, creo que debería apreciarse por esas gotas de drama y el reflejo de humanidad que encierra entre sus páginas.

Podría comenzar hablando de su protagonista, Lucía, y su "don" para hablar y desahogarse con los perros, las zancadillas que le ha hecho la vida (o las consecuencias de sus errores) o el motivo de la depresión que siente, incluso abordar la amistad que hay entre ella y sus dos amigas del alma, "Las Tres Mellizas del Barrio", pero antes me veo realmente en la necesidad de destacar algo primordial que creo que refleja esta novela: tenemos una protagonista indiscutible, que se encamina a algo más profundo y que a la mayoría nos cuesta tanto: los cambios en nuestra vida.

Quien no arriesga no gana, pero abandonar la zona de confort y lanzarnos a la aventura nos da vértigo, es así de claro. No obstante, esa es la esencia de esta historia y naturalmente encierra una valiosa lección.

"El amor nunca puede ser tan cobarde, porque pasa factura. Yo lo estaba pagando.
Pero esa deuda  ya la había saldado, y con intereses emocionales que a nadie le gustaría pagar. Por eso, entonces, era el momento de ser valiente. Ya tocaba."

"Emprendía algo nuevo. No eran unas vacaciones, entonces lo vi. Era un punto y seguido. O incluso podría llegar a convertirse en un punto y aparte. Me iba y, pasara lo que pasase, no iba a regresar siendo la misma. Definitivamente no iba a volver a lo mismo, a esa vida que en el fondo no me llenaba. 

Ahora os hablaré de Lucía. Ya comenté que no se encuentra en su mejor momento personal, sus decisiones, como las de cualquier mortal, no siempre son las más adecuadas e incluso puede indignarte su perspectiva sobre las cosas. Pero lo que está claro es que no es un cliché de la chica perfecta a la que todo le sale redondo, ella se come tanto la cabeza, le da tantas vueltas a todo que llega a ser demasiado dramática y eso, en el fondo, aparte de robarnos más de una carcajada nos hace empatizar con ella y tomarle cariño.




Desde el inicio de sus páginas queda patente la incertidumbre de su destino al viajar a Nueva York, una vía de escape propiciada por la inoportuna (y dolorosa) noticia e invitación de la boda de su ex. Sin embargo la autora se ha encargado de presentárnosla, sabemos que es impulsiva, y todo un imán para meterse en líos, así que el lector adivina que su estancia allí no va a ir un camino de rosas.


"Intenté fusionarme con los neoyorkinos, fingiendo tener prisa por llegar a alguna parte. Me divertía observar a esa amalgama de ciudadanos... Todas esas personas distintas pero con algo en común. Todos miraban al horizonte, que no al frente. Nadie me miró con atención, tampoco sin ella. Era invisible. Todos los éramos".


"Sentí que yo era la aguja en ese pajar. Porque a ratos pensaba que era la única de fuera. Fuera de lugar. La única que era capaz de quedarse embobada viendo un edificio al que ya nadie prestaba atención. La única capaz de maravillarse con el reflejo del sol en la ventana de un rascacielos o con una señora que regaba su única maceta, colgada de la ventana de un loft industrial. (...)
Tenía la suerte de contar con tiempo para disfrutar y vivir eso y mucho más. Se trataba de encajar en un sitio tan particular que me iba a enseñar a olvidar, a escuchar, aprender...
Es lo que hace Nueva York, te enseña a ir, a redirigir tu camino. Es una guía para entender a vida y a uno mismo en otro tono y a otro rimo, con sus altos y sus bajos. Con sus veranos y sus inviernos".


Nueva York se convierte en un escenario que a su vez hace de cómplice de la evolución de Lucía a través de sus calles y escenario, de sus detalles y secretos, arrastrándonos con ella a lugares tan especiales que se enciende enseguida tu deseo de vivir ahí y conocerlos, ponerte en su piel y compartir a la vez que haces tuya esa experiencia.


Si he de destacar algo que he valorado y agradecido en esta novela es que en ningún momento está del todo claro quien va ser el chico por el que Lucía se decante, eso sí, como cabe esperar, su relación no se explota lo suficiente y para más inri sucederá algo que trastocará todo cuando ya te estás preparando para saber adonde conduce su historia.  Aún así, no hay duda de que la autora ha logrado reflejar muy bien esa tensión maravillosa entre ellos y desde luego, su historia me ha fascinado gratamente.




Y llegados a este punto, no podía faltar el protagonismo de los perros en este libro. Está sensacionalmente reflejado como la protagonista se topa con ellos (es muy divertido y anecdótico cómo hacen aparición en momentos clave de la novela) y cómo se relaciona(y desahoga, con confidencias de lo mas cómicas, todo hay que decirlo) convirtiéndolos en un personaje más en la historia (y no un objeto o complemento de relleno en sus andanzas neoyorkinas).


"Os presento a Lucía. Es terapeuta emocional de perros. Una autentica susurradora o una encantadora de perros".


"No me preguntéis cómo, pero siempre solía saber y anticipar el carácter de los animales. También suelo intuir si tienen o no dueño y de qué forma deja este su impronta en su manera de comportarse. Es un sexto sentido que, sin embargo, no me funciona con los hombres. (...) Y no es porque no preste atención a los detalles. Más bien es que me dan los detalles erróneos, porque yo me fijo en todo. En todo menos en lo evidente".


"Mi teoría confirmaba por qué en ciudades grandes, en urbes como Nueva York, tanta gente tiene perro. Para no sentir el vacío y el peso de la inmensa soledad. Para poder cuidar a alguien. Para querer y sentir una lealtad incondicional, que exigimos tan gratuitamente a veces".


Paseadora de perros (porque simplemente sus dueños no pueden), susurradora de estos cuadrúpedos, todo un chiste pero que a través de sus aventuras con estos canes adquirirá pequeños aprendizajes que se convertirán en vitales en su día a día.


"Fuí consciente -y también partícipe- de esa comunidad compuesta no solo por perros, sino también por sus dueños.

Me gustaba observarlos a todos, todavía no los conocía bien, a algunos no los llegaría a conocer, dado el breve periodo de mi estancia. Con otros, sin embargo, iba a establecer un vínculo muy especial. El que une un perro. Porque a un perro, o un gato, como me había dicho el doctor Muller, no lo eliges tú, te elige él a ti para que formes parte de su mundo.

Esa relación, la que se desarrolla con cualquier mascota, es algo que trasciende más allá de lo que podemos comprender. Si vamos a un refugio o a una protectora, ¿por que decidimos adoptar un animal determinado? Todos tienen una mirada llena de pureza, de inocencia, de una bondad infinita que brilla como si te dijeran que te van a querer siempre.
No les elegimos nosotros, nos eligen ellos. También son los que nos salvan, y no al revés".


Sé que, a priori, para algunos, Lucía sea una treintañera alocada que mete la pata y que no sabe qué hacer con su vida. Sin embargo, creo que el mensaje que se saca de sus páginas es que si no te equivocas, no podrás crecer como persona, y que no hay que culpabilizarse por cometer errores, ya que el problema está en no ser lo suficientemente valiente para afrontarlos.

"Esas mujeres me habían contado algo personal, aunque fuera de la manera más frívola que sabían . Ese era el truco, hacer que las cosas más serias de nuestras vidas parecieran las más ligeras.
(...)
Había llegado el momento de permitir que alguien -alguien que no fuera Olga o Clara- me viera de verdad y me conociera. Tenía que salir de mi zona de confort ".


Por último, antes de dejar la conclusión de la novela, he de mencionar una cita sobre un personaje secundario que Lucía conoce en Nueva York, con la que me he sentido muy identificado a raíz de la descripción que nos da sobre ella: su personalidad y su visión del amor en un mundo que evoluciona y va tan deprisa, que te costará adaptarte a él o que te convertirá única en tu especie. Un personaje valiente que ha surgido en terreno hostil y te insta a aceptar cómo eres y no perder la esperanza manteniendo la esencia de ser tú mismo pese a las dificultades que te tienten a dejar de hacerlo:

"Greta creía en el amor de forma tan ingenua que era incompatible con la generación a la que pertenecía. Como si fuera un pingüino o un caballito de mar, había vivido en la ensoñación del amor para toda la vida. De la monogamia y del eterno enamoramiento. Y había despertado en el salvaje océano del poliamor neoyorkino, sin saber nadar o mantenerse a flote."


En definitiva, "Un vida de perros" tiene en sus páginas todo lo necesario para etiquetarse como una lectura amena, desenfadada y entretenida, pero que solo es la apariencia de una valiosa y acertada complejidad que encierra una historia intimista y adulta.

Una verdad personal que a través de las confesiones y desahogos de la protagonista deja de ser una aparente comedia para ser parte de ti al comprobar que ella cuenta una realidad, que exige toma de decisiones, a veces no tan acertadas, de lo implican las tan necesarias relaciones personales y la perspectiva con que las analizas, con humor o seriedad, una vez hechas con esa ansiada (y a veces retardada o temida) madurez que te ayudará a actuar en consecuencia con las que en un futuro se presentan.


Calificación


5/5