viernes, 27 de marzo de 2020

Reseña "Una Habitación Propia", de Virginia Woolf


Información 
Titulo Original: A Room of One's Own
Autor: Virginia Woolf
Editorial: Seix Barral
Género: Narrativa S. XX
Cubierta: Tapa Blanda
ISBN: 9788432217890
Páginas: 192



Sobre la autora 

Virginia Woolf (Adeline Virginia Stephen, Londres) es una de las escritoras anglosajonas más destacadas del siglo XX. Nacida en el seno de una familia acomodada, siempre estuvo muy relacionada con el mundo literario. Primero por la influencia de sus padres quienes organizaban encuentros en su casa con consagrados intelectuales y escritores y más tarde, cuando ella y su hermana crearon el círculo de Bloomsbury.

La vida de Virginia fue teñida en muchas ocasiones por sus recurrentes crisis y depresiones causadas por un trastorno bipolar que llevaron a la autora al suicidio en 1941 a los 59 años. Se cree que estos trastornos están asociados a los abusos que recibió de sus dos medio hermanos George y Gerald Duckworth, aunque la autora habla de ello en sus memorias, poco se sabe de ello.

De todas formas, aunque su obra y vida pública se vio muchas veces afectada por su enfermedad; Virginia fue una autora influyente en su tiempo y una de las voces feministas más destacadas de la época.

Sus obras más conocidas son “La señora Dalloway” (1925), “Al faro” (1927), “Orlando: una biografía” (1928), “Las olas” (1931) y el ensayo que hoy nos ocupa “Una habitación propia” (1929).  


Sinopsis

En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer. Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayo de tan inteligente exposición; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad. Partiendo de un tratamiento directo y empleando un lenguaje afilado, irónico e incisivo, Virginia Woolf narra una parábola cautivadora para ilustrar sus opiniones. Un relato de lectura apasionante, la contribución de una exquisita narradora al siempre polémico asunto del feminismo desde una perspectiva inevitablemente literaria.


Opinión 

Al acabar de leer “Una habitación propia” lo más seguro que tu visión como mujer haya cambiado bastante, este pequeño libro tiene ese poder: el de revolverte las tripas mientras lo lees desde la incomodidad y fascinación haciéndote entender muchas cosas que antes ignorábamos. Y estamos hablando de un libro publicado en 1929, hace noventa años de esto y es más actual que nunca. 

Lo que me gusta de Virginia Woolf es que remueve conciencias de la forma más simple y con una prosa totalmente clara, diáfana y contundente. Te hace ponerte en la piel de la mujer y con todo lo que explica te incita a preguntarte muchas cosas sobre ellas y cuestionarte muchas otras.

Aborda el feminismo, la escritura y el oficio de escribir desde una posición muy honesta. Estoy seguro que muchas de las cosas de las que habla también las había vivido ella y es por eso que pese a ser un ensayo es una lectura muy cercana porque lo que explica es real y sincero. Una opinión con mucho peso, dicho sea de paso.

Capa a capa intenta desentrañar el papel de la mujer en la sociedad, la cultura y en la escritura. Habla de escritoras más antiguas y profundiza en lo que supone tener una habitación propia para la mujer, algo que parece tan banal hoy día y sin embargo hace unas décadas era un auténtico reto y motivo de reivindicación feminista.

Habla de cómo Jane Austen escribió todas sus novelas sin que nadie lo supiera en una salita en la que era interrumpida continuamente porque no tenía un espacio propio, así que podía aparecer cualquiera y ella debía atenderlo. Es algo que me hizo pensar bastante, en lo poco que valoramos esas obras clásicas que nos han llegado de mujeres de otras épocas y de las que no apreciamos lo realmente difícil que lo tuvieron para escribir y publicar sus libros.

En una sociedad eminentemente machista y patriarcal, la libertad laboral y financiera de la mujer se ha visto como cuestión de estado. En otras épocas se tuvo que luchar mucho y reivindicar esos derechos que a los hombres nos vienen dados por nacimiento pero incluso hoy día, en pleno siglo XXI ha demasiados tabúes sobre el papel de la mujer y la lucha sigue activa en la mayoría de países.

Por eso me parece tan vital que cualquier mujer lea este pequeño ensayo porque abrirá puertas que nunca antes se había atrevido a hacer y verá cosas desde una perspectiva mucho más crítica. Y Virginia Woolf lo hace de forma magistral todo esto, incluso de forma sutil dejando su sello propio y su mensaje cala sin casi darte cuenta.

Así que lo recomiendo muchísimo porque no os llevará más de dos días leerlo y será un regalo para toda la vida. Un despertar de conciencias, un libro para empoderarse como mujer y ver las cosas desde una perspectiva más objetiva y reivindicativa. Estoy seguro que no dejará indiferente a nadie, incluso a cualquier lector masculino que quiera aventurarse a él.


"No siendo historiador, quizá podría uno ir un poco más lejos y decir que las mujeres han ardido como faros en las obras de todos los poetas desde el principio de los tiempos. En realidad, si la mujer no hubiera existido más que en las obras escritas por los hombres, se la imaginaría uno como una persona importantísima; polifacética: heroica y mezquina, espléndida y sórdida, infinitamente hermosa y horrible a más no poder, tan grande como el hombre, más según algunos. Pero ésta es la mujer de la literatura. En la realidad, como señala el profesor Trevelyan, la encerraban bajo llave, le pegaban y la zarandeaban por la habitación. De todo esto emerge un ser muy extraño, mixto. En el terreno de la imaginación, tiene la mayor importancia; en la práctica, es totalmente insignificante. Reina en la poesía de punta a punta de libro; en la Historia casi no aparece. En la literatura domina la vida de reyes y conquistadores; de hecho, era la esclava de cualquier joven cuyos padres le ponían a la fuerza un anillo en el dedo. Algunas de las palabras más inspiradas, de los pensamientos más profundos salen en la literatura de sus labios; en la vida real, sabía apenas leer, apenas escribir y era propiedad de su marido."  


Calificación