jueves, 22 de marzo de 2018

Reseña El idiota de Fiódor M. Dostoyevski

Información 

Titulo Original: Идиот (El idiota)
Autor: Fiódor M. Dostoyevski
Editorial: Penguin Clásicos
Género: Narrativa extranjera.
Cubierta: Tapa Blanda
ISBN: 978-8491050841
Páginas: 832


Sinopsis

Después de pasar varios años en un sanatorio suizo, el joven y piadoso príncipe Mishkin regresa a su Rusia natal para recibir una herencia y «mezclarse con la gente». Sin embargo, en San Petesburgo solo le aguarda una sociedad obsesionada con el dinero, el poder y la manipulación que pondrá a prueba su moral y sus puros sentimientos. Antes de llegar a su destino conoce al inquietante Rogozhin, hijo de un acaudalado mercader, cuya fijación por la hermosa Nastasia Filíppovna acabará por arrastrar a los tres protagonistas a un fatal desenlace.


Opinión 

No sé muy bien por donde empezar esta reseña ya que si bien hay muchos amantes de la literatura la consideran un clásico universal, leer El idiota, para mí, es sencillamente una auténtica pérdida de tiempo. Y demasiado indulgente estoy siendo, porque podría dar un adjetivo calificativo mucho peor.

Este año me había propuesto hacer un tour por diversos clásicos universales, ya fueran pendientes, que me llamaran la atención e incluso recomendaciones de amigos.
Mi prima me comentó en Navidad que le habían mandado leer esta novela de Dostoyevski en clase de Literatura Universal, y me comprometí a acompañarla en esa tarea... a día de hoy ella aún no la ha terminado ( y ganas de abandonarla no le faltan) y yo tras hacerlo pienso seriamente si su profesora con ello pretendía amargar a sus alumnos o suspenderles.

¡Porque será por clásicos! No me extraña que por decisiones así haya quienes les cojan manía, sobre todo cuando se les convierte en lecturas obligatorias.

Parto de la premisa de que la literatura rusa es algo complicada, las traducciones a veces tampoco es que ayuden a solucionar este hándicap, pero siendo Dostoyevski uno de los más importantes escritores rusos (por no decir el máximo exponente), a caballo entre el realismo y el naturalismo, que marcaría un antes y después en la literatura de su país como hizo en la nuestra Cervantes, pues decidí armarme de paciencia y terminar lo que empecé, sentía que en cierta medida se lo debía como homenaje o respeto. 

Tuve que aferrarme a eso, paciencia, grandes dosis, a puñados, para poder llegar a la última  página. Y no lo digo por las 832 que tiene, porque eso ya es lo de menos (leer obras de tal extensión nunca me han supuesto problema, es más, siempre han sido un reto y hay muchos incluso que son de mis preferidos), sino por las largas descripciones de los personajes, la lentísima narración y la complejidad de la trama, tres factores que merman notablemente cualquier entusiasmo o interés en la lectura.

La acción se desarrolla en San Petersburgo (Rusia), el pueblecito residencial de Pávlosk y en Suiza. Dostoyevski nos presenta al Príncipe Mishkin, un inocente y epiléptico hombre que decide abandonar el hospital suizo en el que ha estado internado y marcharse a San Petersburgo, de donde desciende. Allí entrará en una serie de complejas tramas familiares, políticas y de influencias de las que no saldrá muy bien parado.

¡Y ya está, no hay más! No ocurre nada, nadie va en busca de algo o persiguiendo el paradero de alguien, ni hay una persecución excitante de estas de suspense que cortan la respiración. En resumidas cuentas, lo que se nos cuenta son los días que pasa el principe por Rusia, y sobre todo, cotilleos y rumores. Es más, me aventuraría a decir que frente a Dostoyevski, los programas de prensa rosa no tienen nada que hacer.



Como ya indiqué arriba, nos topamos con una trama que se vuelve excesivamente compleja por diversos factores: el elevado número de personajes y las múltiples subtramas que se entretejen -eso sí, magistralmente- entre ellos. Todos ellos tienen ambiciones, intereses que defender, fríos pensamientos de cómo librarse de éste o aquel, o como lograr casarse con alguien adinerado para tener la vida solucionada y poseer todo cuanto deseen.

Por tanto, en sus páginas nos esperan conspiraciones, chantajes, tráfico de influencias dentro de la -aparentemente- rígida sociedad aristócrata rusa. Una serie de hechos que ocurren en la actualidad y que queda claro que también se daba en pleno siglo XIX, de ahí que Dostoyevski quisiera retratar en su novela los trapos sucios de la clase alta rusa, así como la mente humana. Y lo consigue, vamos que sí, plasmando una perfectísima descripción de todas las personalidades y las mentes donde hay cabida para la corrompida, la oprimida, la soñadora y la superficial.

"El idiota" del compositor ruso Mieczyslaw Weinberg en El Bolshói de Moscú 

Si tuviera que señalar lo mejor del libro, desde luego son los personajes. Creo que el autor quería mostrarnos todo cuanto había a su alrededor, y recurre a muchísimos, a más de treinta  seguramente, lo que vendría, a priori, a complicar mucho la perspectiva. Con tantos en su lista enreda todavía más las cosas, y es efectivamente lo que hace, pero le sale bien. Cada uno tiene su forma de ser, de actuar, de pensar... y su nombre (que ese es otro tema, porque es imposible retenerlos todos). Perfectamente descritos, que tras conocerlos llegas a saber tanto de ellos que al final de la novela sientes que has vivido con ellos toda tu vida.

El Idiota (versión de Kurosawa)

Si tuviera que elegir a solo uno, sería Nastasia Filíppovna.
Ella es prácticamente la protagonista femenina, el sol a cuyo alrededor giran el resto de personajes, y por consiguiente, la trama. Decidida, valiente y fuerte, una mujer original, de lo más mentirosa e histriónica. Su extraña manera de comportarse da entender que tuvo un pasado duro (que no voy a contar, claro) donde lo pasó francamente mal. Tal vez por eso su salud mental se resquebrajó, y a lo largo de la novela se va encaminando poco a poco a lo que sería su trágico e inevitable final. Logró entristecerme ya que despertó mi compasión, y que una novela logre suscitarlo en un lector dice mucho de ella.

Pero Natasia no es la única loca, la mayoría de los personajes están un poco transtornados, deprimidos o perturbados, una amplia lista de tísicos, mendigos, adúlteros, huérfanos... Toda la atmósfera se vuelve oscura cuando pasamos por hospitales, manicomios, casas destruidas, rincones oscuros, tanto que cuando concluyes la novela es obligado reflexionar sobre ella, te come la cabeza e incluso aflora en ti una tristeza deprimente, ya que te ves salpicado de una aura de "negatividad", por llamarlo de alguna forma, al haber recorrido esas capas más bajas de la sociedad.


A ello va aunado sus nombres, un factor que entorpece aún mas la lectura. Una vez que empiezas con sus páginas, te ves obligado a leer los nombres dos o tres veces e incluso hacerte un breve esquema con el listado porque sino no ubicas sobre quien está hablando o si ya lo ha mencionado o si guarda alguna relación con otro... Nastasia Filíppovna, Ivolgin Yapanchin, Ippolit, Lizaveta Prokófievna. Evidentemente son nombres rusos y para lectores de ahí equivaldrían a nuestros Pepe, Paco, María... por lo que para ellos son pan comido y para nosotros una auténtica odisea.

Estatua de Fiódor M. Dostoyevsky 

En resumidas cuentas, El idiota no es no es una pésima novela, de hecho es digna de aplauso por la exhaustiva descripción psicológica de todos sus personajes, solo que cuesta digerirla y acostumbrarte a ella. Podría haber ganado mi simpatía si su estilo no fuera tan lento, tan excesivamente descriptivo y tan agotadoramente enrevesado.  Solo que a veces la obstinación de uno le lleva a concluir lo iniciado, y desde luego, si no eres un amante de la literatura rusa del XIX o eres impaciente por naturaleza, no te atrapará ni mucho menos engancharte.


Calificación


4 comentarios:

  1. Vaya, venía con mucha ilusión a leer tu reseña pero me has dado un mazazo en toda regla. No sé qué haré porque es un autor con el que me gustaría repetir y pensaba hacerlo con esta. Besos

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  2. Acabo de leer una novela de Dacia Maraini, "El tren de la última noche", en la que entre otras varias referencias literarias, los personajes de esta novela de Dostoievsky (Mishkin, Nastasia y demás) los utiliza como elementos en algunas de sus metáforas e imágenes. Yo no he leído esta enorme novela del autor ruso pero me atrae mucho a pesar de que por tu reseña veo que a ti no te ha gustado nada. ¿Y a tu prima? Me habría gustado conocer la opinión de tu prima dado que su profesora de literatura universal se la recomendó. Si además esta profesora utilizó la obra para comentarla con ella y compañeros en clase me agradaría conocer sus opiniones. Ja, ja -estarás pensando- ¿por qué tanto interés tiene este hombre en esto? Pues simple y llanamente por deformación profesional: he impartido en más de una ocasión esa materia en 2º de bachillerato.
    En fin, pese a todo, para mí Dostoievski, como Tolstoi, Chejov y otros varios autores rusos, siempre es una garantía.
    Un abrazo

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    1. Digo que "no te ha gustado nada" y quería decir "no te ha gustado mucho". Es un matiz, pero es muy importante, ¿verdad?
      De nuevo, saludos

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  3. holaaaa,
    no he leido nada de este escritor, ni en el instituto, y es que no me llama para nada la atencion y despues de leer tu reseña sigo opinando lo mismo
    Gracias por la reseña
    Besotes 🖤

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