jueves, 1 de diciembre de 2016

Cuando los acontecimientos deciden por nosotros.

La única constante en el universo es el cambio. Todo cambia a un ritmo vertiginoso. A veces tanto,que da realmente miedo. Hay cambios que te alegras que sucedan, y otros que verdaderamente duelen. En un solo segundo,tu vida puede cobrar otro sentido. En un solo segundo, pueden ocurrirte cosas que ni siquiera se te habían pasado por la cabeza.

Los grandes cambios no suceden poco a poco, sino al contrario, suceden en la menor cantidad de tiempo posible. Sin previo aviso te ves obligado a decidir, a actuar, o a mirar todo lo que el cambio se ha llevado a su paso.


No es una situación fácil, sobre todo cuando te acomodas a lo establecido. No es fácil,sobre todo cuando hay daños colaterales. No es fácil, cuando duele como si te echaran sal en la herida. Es muy fácil decir que seguiremos adelante, que todo pasará, que el agua volverá a su cauce, pero en realidad, adaptarse al cambio se limita simplemente a eso. Aferrarse o seguir adelante.

Cada uno necesitamos nuestro tiempo para reponernos,para volver a encontrarnos a nosotros mismos, para sentir lo que necesitamos sentir en ese momento. Antes de volver a incorporarte a la carrera, hay un tiempo de recuperación, y tras un periodo crítico saldremos fortalecidos del cambio.

Tal vez, tengas que adaptarte a una nueva vida. Tal vez haya cosas que no volverán a ser lo que eran. Tal vez, después de todo, ni siquiera te reconozcas ya que al final,es como si no te hubieras recuperado del todo,es como si fueras una persona nueva, con una nueva vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario