domingo, 25 de agosto de 2013

Friedrich Nietzsche: 113 Aniversario de su muerte

Friedrich Wilhelm Nietzsche murió cerca del mediodía de este día en 1900, contaba 55 años de edad. Está enterrado junto a su padre en la iglesia de Röcken bei Lützen. Por tanto, hoy se cumple el 113 aniversario de su desaparición..

El pensamiento de la muerte. Siento una melancólica felicidad al vivir en medio de esta maraña de callejuelas, de necesidades, de voces: ¡cuánta fruición, impaciencia y apetito, cuánta vida sedienta y embriaguez de vida sale a la luz en cada instante! Y, sin embargo, ¡qué gran silencio reinará pronto alrededor de todos esos hombre ruidosos, vivos y sedientos de vida! ¡Cada uno de ellos lleva tras de sí su sombra, su oscuro compañero de camino! Es siempre como en el último instante previo a la partida de un barco de emigrantes: tienen más que decirse uno a otros que nunca, el tiempo apremia, el océano y su vacío silencio esperan impacientes detrás de todo ese ruido, tan ávidos, tan seguros de su botín. Y todos, todos piensan que lo que han tenido hasta ese momento no es nada, o es poco, y que el futuro cercano lo es todo: ¡y de ahí esa premura, ese griterío, ese ensordecerse unos a otros y aprovecharse unos de otros¡ Todos quieren ser los primeros en este futuro, ¡y sin embargo la muerte y el silencio de los muertos es, de ese futuro, lo único seguro y lo común a todos¡ ¡Qué raro que esta única seguridad y comunidad no tenga casi poder alguno sobre las personas, y que de nada estén más lejos que de sentirse como la cofradía de la muerte! ¡Me hace feliz ver que los hombres no quieren en modo alguno pensar el pensamiento de la muerte! Me gustaría emprender algo que les hiciese cien veces más digno de ser pensado el pensamiento de la vida.
         De "La gaya ciencia". 



Así se muestra la relatividad del tiempo, la voracidad del pasaje y el transcurso, esa insatisfacción del deseo que se consume a sí mismo en querer siempre más y nunca contentarse con lo que se tiene, también descrita por su maestro Schopenhauer. Lo mejor está en el mañana, está por venir, pero el futuro no existe, y el pasado ya no es, y el presente es sólo un pretexto que espera por algo mejor y que tampoco vale por sí mismo. Lo único seguro es la destrucción, el desgaste y la muerte. Todos llevamos tras de nosotros la amenazante sombra de la muerte, pero vivimos gracias al olvido de esa compañera segura.

Podemos escuchar ese bullicio y ese griterío, ese entusiasmo de los emigrantes previos a la partida, gracias al olvido. Griterío de la vida, frente a su opuesto, el silencio de la muerte. Luz de la vida, frente a la oscuridad de la muerte. 

Hay que olvidar la idea de la muerte, porque inmoviliza, porque frente a ella todo pierde sentido. La muerte no nos deja espacio para la responsabilidad, sólo para la aceptación y resignación. Aunque parezca un juego de palabras contradictorio, hay que reversibilizar lo irreversible; frente a lo que no puedo cambiar, puedo elegirlo, como si se fuera a repetir. El acento está en el puedo, no en el ya no puedo, o ya no voy a poder más, de la muerte. La muerte es una voluntad de no poder, cuando lo que se trata de afirmar es la voluntad de poder.
A Nietzsche no le interesa priorizar el pensamiento de la muerte, sino el pensamiento de la vida. ¡Que se repita!, incluso la muerte, porque si se repite no es muerte del todo, es vida, entonces puede.

No hay comentarios:

Publicar un comentario