miércoles, 16 de julio de 2014

Capítulo I: ¿A qué juega el espejo?



Te miras y ves tu reflejo,
si eres gordo, delgado, demasiado gordo, demasiado delgado.

Un espejo es inerte, solo muestra lo que refleja,
el error lo cometes cuando solo te dejas llevar
por lo que él te muestra.
Sé valiente y toma las riendas.
No dejes que su influjo te venza.

A un espejo jamás le importarán tus sentimientos,
jamás sabrá que hay en tu maravillosa mirada,
no le llamará la atención el motivo de tu sonrisa,
ni se inmutara cuando te vea preocupado
para así confundirte y acrecentar tus inseguridades.

No le conviertas en algo superior en tu vida,
cuando te mires plasmará lo mismo
que una voz cuando el eco la atrapa,
no olvides que es cruel cuando muestra
lo que tiene delante,
porque solo muestra un físico
y no tiene derecho a martirizarte
y aprovecharse de tus debilidades.

El espejo es equiparable
a esas personas que ni te conocen,
con las que te cruzas,
a las que le eres indiferente
las que en tu existencia
ni siquiera reparan.

Sin embargo no olvides
que existen personas
a las que importas
y valoran lo que un espejo ignora,
lo bueno que hay en ti.
Métete en la cabeza
solo lo verán y te lo harán notar los demás.
Y es lo que él, envidioso, no conoce,
no se le fue otorgado tener demasiado poder.

Y lo mas importante, que tus temores
no distorsionen la realidad.
Recuerda que tus inseguridades
son fácil de persuadir por el espejo,
pero toma el mando,
tu autoestima de él ha de estar a salvo.

Quiérete a ti mismo, es lo que importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario